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miércoles, 19 de octubre de 2011

EL MODO BUDISTA DE AMAR

El amor en el budismo se basa en desear la felicidad de los demás.

Si comparamos con el sufrimiento que soporta el ser humano, su felicidad es momentánea. Además está contaminada porque su naturaleza es en realidad sufrimiento. Buda lo denomino sufrimiento del cambio, refiriéndose a las sensaciones agradables que nos proporcionan los disfrutes mundanos, porque no son más que una disminución temporal del sufrimiento. Por ejemplo: el placer que disfrutamos al comer no es más que una disminución temporal del hambre. Por tanto, los placeres mundanos no constituyen la verdadera felicidad ni son duraderos.

La mayoría de las relaciones humanas se basan en una mezcla de amor y apego. Este amor ordinario NO ES PURO porque surge del anhelo por lograr la propia felicidad y, por lo tanto, apreciamos a los demás solo cuando satisfacen nuestros deseos. El amor puro no está mezclado con el apego y nace del deseo de que los demás sean felices; nunca causa problemas, solo proporcionan paz y felicidad tanto a nosotros mismos como a los demás. Para eliminar nuestro apego, no es necesario que abandonemos nuestras relaciones, sino aprender a distinguirlo del amor, e ir reduciéndolo hasta que nuestro amor sea puro.

:)

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo en lo que dices sobre el amor puro y carente de apego. Esa es sin duda la clave de un amor verdadero y que te llene como persona.

    En cuanto a la felicidad, comentarte que no estoy de acuerdo con que la felicidad sea "siempre" momentánea como pareces sugerir. Lo que es momentáneo es el placer y la alegría. La felicidad es un estado permanente y por tanto nunca será momentáneo. El problema es que la mayoría de la gente confunde alegría y placer con felicidad, cuando en realidad la felicidad también puede existir durante los malos momentos.

    La felicidad es un estado de la mente, no del cuerpo como lo es la alegría o el placer.

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